El adiós de ππ†∂ el dueño de su alma
-Perdóname, pues aunque te quiero... No estoy hecho para ti.
Mis palabras fueron como puñales, pero ella ya lo sabía. Yo no era el ángel que ella necesitaba precisamente, pero aun así, nadie pudo evitar que el latido de su corazón cobrara sentido gracias a ππ†∂.
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ππ†∂
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