jueves, 19 de abril de 2012

††††††MY SEÑORA Y EL LOBO††††††

††††††MY SEÑORA Y EL LOBO††††††

Que si la amo? .. pregunto mi Señora
Y que es lo que piensa murmure.... acabando de dejarla debajo de mi cuerpo atrapada entre las hojas donde se esparció su oscuro cabello.

Ella sonrió echando el cuello hacía atrás que yo mordisque con suavidad al tiempo que mis manos se deslizaban por la blanca cremosidad de su piel inmaculada.

Recorri los contornos de sus curvas, sus caderas, sus pechos llenos y suaves por encima de la roja lencería.

La desgarre sin poderme contener más e introduje el rosado montículo entre sus labios y jugueteó con este, rozando la rosada aureola mientras mi amante señora jadeaba entornando los ojos, dejándome hacerle mia, entregándose como ofrenda para mi, a mi voracidad feroz, aplacando y excitando al animal que moraba en mi interior.

-Deberías temerme!!!....le dije haciendo que mi aliento endureciera aún más el enhiesto pico de sus pechos
*Ella se llevo aire a los pulmones y yo inhale su intenso perfume.

Podía sentir el calor que salía de entre sus piernas, podía paladear el dulce sabor de su miel en mi boca. Conocí ese rocío que se desprendía de entre su carne trémula y frágil.
Me encaje más entre sus piernas y me introduje en el corazón mismo de su deseo.

Mi Amante Señora.. particular era como una rosa que se desbordaba al roce del sol dejando expuestos sus delicados pétalos llenos de preciadas gotitas de ese néctar que la intimidad oscura de su noche le dejaba.

Nuestros alientos entrecortados se mezclaban el uno con el otro así como la lucha brusca de nuestras bocas y lenguas buscando aún más placer, tratando de que esa sensación no desapareciese nunca, aferrándose a nuestros cuerpos desesperados. Aminore la marcha de mis embestidas y me movia con suavidad, despacio… profundizando aún más en su estrechez. Miles de terminaciones nerviosas estallaron, mandándome un ramalazo de placer que casi me volvió loco.

A ella no le importaba el peligro, a ella no le importaba el dolor ni temía lo que podía sucederle… sentía su sangre ardiente circulando por su cuerpo, tan roja y deliciosa. Rugía en ella como cientos de lobos aullando a la luna pero hoy, esa sangre no me llenaría, no calentaría ni saciaría mi sed, no me mancharía con ella de esa manera...

Sino que me saciaría en ella, deleitándome con la exclusividad de saber que nadie más que Yo la tendría, y que nadie le daría lo mismo que yo.
Ella que gemía mi nombre retorciéndose en brazos de aquel pecaminoso placer que nos destruiría a ambos, se estremecía bajo mi cuerpo, ante cada nueva estocada de mi virilidad.

Estaba marcada y vetada como la amante del lobo.

Volvimos a arrasar nuestros labios con una mezcla de salvaje locura y dulzura, la pasión nos arrollaba a ambos, como olas impetuosas hasta ese intenso estallido que nos zarandeo a los dos.
La luna brillaba en lo alto, las ramas retorcidas de los labios se juntaban sobre ellos como un parapeto espeluznante. La roja capa aún seguía en el suelo boscoso como un charco esmeralda, acaricie una vez más esa piel y aún dentro de ella sentia como mi peso perdía gravedad. De nuevo mi maldición regresaba y no era más que ese lobo gris y blanco que aulló, aun preso del dulce regalo del que había gozado.

Mi tierna Señora se cubrió con la capa y se levanto dejándome ver el brillo que se revelaba entre sus torneadas piernas, mis entrañas se agitaron sabiendo que eran mis esencias las que se revelaban ahí y salte sobre ella.
Ésta me acarició la cabeza rascando tras mis orejas y soportó el peso de mi cuerpo.

-Hasta mañana mi lobo-...
murmuró con esa voz de hechicera
y tras darme un suave beso sobre el hocico se alejo por aquel lúgubre bosque como cada noche…...
Se que volvera!!! , volveremos a amarnos como aquella noche!!!
My Señora y yo.
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ππ†∂
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